San Pío nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, en el sur de Italia. Ingresó en el noviciado de los Frailes Capuchinos a la edad de 15 años. De salud frágil pero de voluntad fuerte, con la ayuda de la gracia de Dios completó los estudios requeridos y fue ordenado sacerdote en 1910.
El 20 de septiembre de 1918 aparecieron en su cuerpo las cinco llagas de la pasión de Nuestro Señor, convirtiéndose en el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia Católica. Innumerables personas se sintieron atraídas por su confesionario y muchas más recibieron su santo consejo y guía espiritual a través de escritos de correspondencia.
Toda su vida estuvo marcada por largas horas de oración y continúa austeridad. Sus cartas a sus directores espirituales revelan el inefable sufrimiento, físico y espiritual, que lo acompañó durante toda su vida. También revelan su profunda unión con Dios, su amor ardiente por la Santísima Eucaristía y Nuestra Señora Santísima.
El 9 de enero de 1940, San Pío anunció sus grandiosos planes para desarrollar un Hogar para el Alivio del Sufrimiento (la Casa Sollievo della Sofferenza). La Casa abrió sus puertas el 5 de mayo de 1956, como una instalación de 300 camas, construida gracias a las pequeñas, sinceras y espontáneas donaciones y oraciones de sus seguidores.
Agotado por más de medio siglo de intenso sufrimiento y constante actividad apostólica en San Giovanni Rotondo, Padre Pío entró a la vida eterna el 23 de septiembre de 1968. Después de un funeral público, que atrajo a más de 100.000 personas, su cuerpo fue sepultado en la cripta de la Iglesia Señora de Gracia.
El 18 de diciembre de 1997, mediante la lectura del decreto sobre las virtudes heroicas, el Santo Padre Juan Pablo II declaró al Padre Pío “Venerable”, y el 16 de junio de 2002, más de 500.000 devotos de Padre Pío se reunieron en Roma para presenciar al Santo Padre Juan Pablo II proclamar a Padre Pío “San Pío de Pietrelcina”.